noviembre 20, 2009

X. Discurso Argumentativo

El discurso que se enuncia en situaciones argumentativas de comunicación tiene una estructura básica que es necesario conocer para la adecuada producción y lectura crítica de estos discursos cuya finalidad es convencer mediante razones y persuadir mediante la apelación a los afectos y voluntad de los receptores.



3. Estructura del discurso argumentativo


La estructura del discurso argumentativo está constituida por tres categorías:

Tesis: hipótesis o premisa a demostrar.

Argumentos: “En sentido lógico, es el razonamiento utilizado para probar o refutar una tesis o para convencer a alguien de la veracidad o validez de un aserto. En la Retórica grecolatina se denominaba “argumento” la serie de razonamientos deductivos basados en los datos de causa, que, en el discurso forense, se aducían como pruebas racionales (probationes) en la defensa de inocencia –o culpabilidad- del acusado.” (Estébanez: 55 – 56).

Conclusión: Por lo general, valida la hipótesis o tesis, sea esta explícita o implícita.

A continuación se presenta un discurso argumentativo con la identificación de sus categorías:
Actualmente la mujer sigue en desventaja con respecto al hombre (TESIS). Esto se fundamenta en que el 98% de las riquezas de la tierra está en manos de los hombres (ARGUMENTO 1) y el 80% de las personas más pobres son mujeres (ARGUMENTO2).

Por consiguiente, la condición económica de la mujer es muy precaria en comparación con la que evidencian los hombres (CONCLUSIÓN).
Es importante destacar que la conclusión de este discurso no es exactamente igual a la tesis defendida, sino que la amplía y la hace derivar de los argumentos.

Tipos de argumentos:


Según su capacidad persuasiva:

Pertinencia: Argumentos pertinentes relacionados con la tesis o la refuerzan.

Validez: Conducen a la conclusión deseada, de lo contrario son argumentos falaces.

Fuerza Argumentativa: Dependen la facilidad con la que se rebaten. Son débiles o sólidos. Si no se puede rebatir, el argumento es irrefutable.

Según función:

Argumentos de apoyo, a la tesis propia.

Concesiones, o ideas de la tesis contraria que se admiten temporalmente.

Refutaciones, o argumentos con los que se rebate total o parcialmente la tesis contraria.

Contra-argumentos, que invalidan los argumentos contrarios a la tesis o las concesiones que el propio autor ha admitido previamente.

Según contenido: El contenido de los argumentos se basa en los tópicos: Los diferentes valores en que se basa un argumento para establecer su fuerza argumentativa: Pueden ser:

Lo existente es preferible a lo inexistente.

Lo moral y ético es preferible a lo inmoral

La cantidad es preferible a la calidad; y viceversa.

Lo bello es preferible a lo feo, etc.

Según Finalidad: Demostrar y persuadir. Para demostrar se usan los argumentos racionales, que se fundamentan en hechos y para persuadir los afectivos.

Argumentos racionales:

Argumentación lógica: Se basa en las relaciones causa-efecto, condición-resultado, concreto-abstracto, individual-general.

Silogismo: Razonamiento que consta de dos premisas y una conclusión que se deduce necesariamente de ellas.

Ejemplo.
Uso de sentido común y el uso de refranes y máximas.

Argumento de autoridad.

Argumentación analógica: Se basa en a relaciones de semejanza.
Comparación.
Metáfora.

Argumentos afectivos:

La diferencia con los anteriores está en el uso del lenguaje: se buscan valores expresivos, mediante el empleo de recursos estilísticos. Predominan valores connotativos. El uso de esta argumentación está condicionado por el tipo de texto, es decir, inadecuada en textos científicos, pero adecuado en textos humanísticos.